miércoles, 21 de octubre de 2009

Cónchale vale o Así son los hombres, son una basura

En enero conocí a un chico que, para variar la rutina, me interesó bastante. Su madre es venezolana y su padre peruano, y se mudaron aquí hace como 10 años. Sin embargo, conserva su acento y me parece obnubilante cuando me dice "pana".


Todo iba bien, nos veíamos una vez a la semana, aproximadamente, luego un poco más. Siempre se iba de mi departamento muy temprano, o me decía que tenía que irme yo como a las 8am, aun los domingos (el departamento que compartía con su amigo estaba conectado a una casa debajo y me contaba que los de abajo eran de despertarse temprano). La pasábamos muy bien: me gustaba su cuerpo, a él el mío, teníamos química para besar y nos reíamos mucho. Hasta creamos bromas propias, que solo los dos entendíamos.


Me contó que más o menos estaba saliendo con otro chico. Yo le pregunté que si era serio, si eran novios y me dijo que no, que era todo relajado, que lo había conocido más o menos en la misma época que me había conocido a mí. Así que no había problema, yo sé compartir.


[Debo hacer un paréntesis para aclarar que por lo general yo no me meto con hombres comprometidos. A mí ya me han sacado la vuelta una vez y ese dolor no se lo deseo a nadie. Además la mentira me parece una de las cosas más corrosivas del mundo. Y yo le había hecho saber mi parecer. Pero sin oficialización, vale todo.]


Todo iba bien, hasta que una noche, calatos en mi cuarto, riéndonos y conversando sobre la cuestión, bromeando de cómo él tenía energía para los dos, se le escapa "Es que cuando estás con alguien por tres años..." y del sobresalto le metí un rodillaso en las costillas y se cayó de la cama (estábamos sentados abrazados). Me llegó que me haya mentido y que ahora yo sea el "otro".


Se sentía apenado, pero su pena me valía muy poco y le expliqué que eso presentaba un problema. Él me dijo que habían estado teniendo problemas y que yo le gustaba un montón, que no había conocido un chico como yo, me bañaba en besos y cumplidos. Que con el novio era más costumbre y conmigo era más pasión, que le cagué el cerebro y tal. Típico discurso de casado conflictuado.


Dejé de hablarle unos meses, pero la verdad, él también me había cagado el cerebro a mí. Pensaba en él, a veces hasta me pajeaba imaginándomelo. Hacíamos un juego delicioso en la cual sobábamos las cabezas de nuestras vergas hasta que babearan y nos estremecíamos al besarnos. Extrañaba su lengua, su voz, cómo nos reíamos.


Y todo iba bien conmigo hasta hace tres días cuando me llamó a preguntarme como estaba, alegre como nunca, no me pude resistir. Pasamos la noche en mi cama, dormimos abrazados. Por momentos, nos despertábamos y me recordaba como eran sus besos, como su labios encajaban en los míos. Su mirada.


Me arrepiento hasta cierto punto. Como dije, odio la idea de ser el "otro", pero...uno necesita afecto más allá de un polvo fugaz de vez en cuando y él es el primero en mucho tiempo que me ha hecho reconsiderar mi vida disoluta...irónicamente.

Creo que esta historia aun no termina.


5 comentarios:

  1. q mal tipo, pero es cierto cuando llama la carne uno es debil, y por lo menos yo me angustiaba un poquito xo ya no pues desde q tengo pareja

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  2. Estoy confundido. Vivo en el ascetismo homosexual como un monje gay, y este blog es una mala influencia por eso lo leo.
    Este blog se mueve en una ética bastante angosta y diluida, confundiendo muchos conceptos y sentimientos propio de muchos homosexuales. Este blog me da miedo porque no creo que Lima sea tan mundano como Buenos Aires o Madrid donde los homosexuales son tan varios que se forman pequeñas inmundicias.

    Pero que quede bien claro: te leo porque eres franco en tus palabras, sin tapujos, verdadero, eres el lado que muchos no quieren ver pero está ahí recordándoles que existe y está a su costado. Te leo porque hay pocos blogs gays de Lima que realmente valen la pena. Te leo porque me gusta como escribes.

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  3. ¿Arrepentirse por cosas que uno hizo – o hace – sin que nadie le obligue? Creo que no vale la pena hacerlo, ni si quiera pensarlo. Si te acuestas con alguien quien te provoca, sin causar daño a ti mismo, no tienes porque arrepentirte. Al menos eso creo.

    Entiendo hasta cierto punto que te jode la idea de ser “el otro”, pero empezaste esta ¿relación? Sin saber que lo eras, y bueno ¿Por qué no seguir? Somos humanos, tenemos derecho a cometer errores. Creo que soy malo dando consejos jajajaja… no se como reaccionaria si me entero de algo así. Aunque me ha pasado, pero no he llegado al extremo de sentirme “el otro”.

    No me hagas caso, ignora todo lo que comente, solo tu decide que “es bueno y que es malo”. Solo tú.

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  4. Gracias por los comentarios, con toda seriedad. La honestidad es la base de este blog.
    Creo que kOkO responde al comentario de Alexandro.

    Por lo general, ética tengo: como dice kOkO, si nadie sale herido, todo va bien. Mi promiscuidad no es antiética. Acostarme con un pata con novio...tal vez sí es poco ético.

    Tal vez lo que está diluido y angosto (cabe la broma) es mi moral, o sea, un código estricto de preceptos sobre lo bueno y lo malo. Pero diferencia de muchos promiscuos, me ocupo siempre de ser honesto y que todos estemos bien antes, durante y después, siempre y cuando tengan la misma consideración conmigo. Uno de mis libros favoritos es "The Ethical Slut" (L@ Promiscu@ Étic@). Alguien debería traducirlo...

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  5. Mmmmm ya me encanta tu doble moral! Suave con el Karma!!! pero si lo otro es costumbre? xq no termina con el otro? quen o hay habría chista entre uds si el otro no stuviera? me hacen acordar a un pela de Woody Allen...jajaj en fin las personas y las relaciones son cosas q nunca entenderé....Auqne como dicen los tríos están de moda!

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